Siempre que se trabaja desde un enfoque inclusivo y funcional se debe conocer el entorno real de desarrollo de las actividades de la vida diaria de la persona, en esta entrada hemos querido hablar del ámbito pediátrico y sus diferentes entornos de participación.
Desde siempre, hemos observado muy de cerca los contextos, entendiéndolos como agentes favorecedores o limitantes, ya que en muchas ocasiones podrían ser uno de los determinantes más importantes para el desarrollo o no de las habilidades y capacidades deseadas, y no dejándolos como simples espacios físicos o temporales donde se desarrollan ciertas actividades.
Gracias a nuestra colaboración con diferentes colegios, podemos analizar las diferentes conductas y comportamientos de nuestros niños y niñas y cómo estas cambian de una sesión individual en nuestro centro a una actividad grupal dentro del entorno escolar. En la clínica ofrecemos los servicios de fisioterapia, terapia ocupacional, pedagogía terapéutica y logopedia donde trabajamos de forma coordinada y conjunta hacia las necesidades de los más peques y, si bien es cierto que existen intervenciones individuales también tenemos actividades grupales (sesiones conjuntas, ocio juvenil o talleres de habilidades sociales), donde siempre se atienden las necesidades específicas de cada niño/a.
Durante las sesiones individuales no solo es posible la atención personalizada, específica y adaptada a las necesidades concretas del niño (por ejemplo en los diferentes tiempos de aprendizaje) sino que somos capaces a gestionar los tiempos de descanso o los cambios emocionales que se han podido producir durante el día (como un cambio inesperado en una rutina muy estructurada que produce enfados o frustraciones) y además podemos controlar, de una forma más efectiva, los estímulos a los que estar expuestos durante la sesión, al tratarse de un entorno más estructurado y «preparado».

Toda esta adaptación y control del entorno donde se desarrollan las sesiones permite al niño o la niña estar «cómodos» y listos para el aprendizaje de aquellas actividades que queramos trabajar (académicas, relacionadas con la independencia funcional, el lenguaje etc.). Pondremos un ejemplo práctico:
Imaginemos que uno de nuestros niños rechaza el CEPILLADO DE DIENTES (evita la sensación del cepillo en contacto con su boca, rechaza el sabor de la pasta de dientes o no focaliza su atención de forma adecuada para aprender el proceso de cepillado de dientes). El trabajo previo a esta actividad consiste en REGULAR y proporcionar los estímulos adecuados que permitan poco a poco ir ejecutando de forma más óptima esta actividad básica de la vida diaria… Pues bien, durante todo este proceso el profesional ha seleccionado cosas como qué luz hay en la sala, qué ruidos se podrán escuchar o no, qué periodos de descanso habrá etc… ¿Es posible controlar todos y cada uno de estos estímulos en un colegio? «Simplemente» la respuesta es no (el timbre que marca la hora de ir al patio, los compañeros arrastrando la silla para ir a tirar algo a la basura, el compañero haciendo ruido usando material escolar etc…). Se trata de un espacio donde naturalmente conviven muchas personas y en el que controlar todos y cada de los estímulos sonoros es una ardua tarea.
Ahora pensemos en un niño que debe aprender cualquier concepto académico como puede ser la lectura, la falta de regulación sensorial o la dificultad para focalizar la atención dentro de un espacio con numerosos distractores hace que la tarea resulte más complicada.
La posibilidad de llevar a cabo estas colaboraciones en diferentes centros escolares, nos ha permitido conocer más en profundidad a nuestros niños y niñas y los entornos reales de su vida diaria, donde pondrán en práctica todo lo aprendido hasta el momento, donde comenzarán a confluir todos los factores que harán que los más pequeños alcancen cada vez niveles mayores de independencia y autonomía y donde se enfrentan a sus retos diarios personales. Nuestro trabajo consiste en facilitar su adaptación a todos los ámbitos donde desarrollan su vida, tanto social, escolar y familiar.
La cantidad de información recibida al observar el desarrollo, la participación y el desempeño ocupacional en su entorno natural es «ORO» y nos permite a cada una de nosotras trasladarlo, interiorizarlo e introducirlo en cada una de las sesiones posteriores en nuestro centro, adaptándonos más y mejor a los perfiles concretos y a toda su red que, por supuesto configuramos con un solo objetivo que es la CALIDAD DE VIDA de los pequeños y el FOMENTO DE SU DESARROLLO, INDEPENDENCIA Y AUTONOMÍA.